Es la capacidad de la piel para cambiar de forma y retornar a la normalidad (elasticidad).
Turgencia deficiente de la piel; Piel pastosa; Disminución de la turgencia cutánea; Buena turgencia de la piel
La turgencia cutánea es un signo comúnmente utilizado por los trabajadores en el campo de la salud para evaluar el grado de pérdida de líquidos o deshidratación. La pérdida de líquidos puede ocurrir por afecciones tan comunes como la diarrea o el vómito. Los bebés y los niños más pequeños que presentan vómitos, diarrea y una disminución o ausencia en la ingesta de líquidos pueden perder rápidamente una cantidad considerable de líquidos. La fiebre igualmente acelera este proceso.
Para determinar la turgencia de la piel, el médico toma la piel del dorso de la mano, de la parte baja del brazo o del abdomen entre dos dedos, de manera que quede levantada; la sostiene por unos pocos segundos y luego la suelta.
La piel con turgencia normal regresa rápidamente a su posición normal, mientras que la piel con disminución de la turgencia permanece elevada y retorna lentamente a su posición normal.
La disminución en la turgencia de la piel es un signo tardío de deshidratación y ocurre con deshidratación moderada o severa. La pérdida de líquidos del 5% del peso corporal se considera deshidratación leve, 10% es moderada y 15% o más se considera deshidratación severa.
Nota: el edema (la acumulación de líquidos en los tejidos que causa hinchazón) hace que la piel sea extremadamente difícil de pellizcar o pinzar.
Los trastornos del tejido conectivo, tales como esclerodermia y síndrome de Ehler's Danlos, pueden afectar igualmente la elasticidad de la piel. Esto no tiene que ver con líquidos, pero es un cambio en las propiedades elásticas del tejido cutáneo.
Una buena forma de verificar en el hogar el grado de deshidratación es haciendo una rápida inspección de la turgencia cutánea, pellizcando o pinzando la piel en el dorso de la mano, en el abdomen o sobre la parte frontal del pecho por debajo de la clavícula.
La deshidratación leve hará que la piel sea ligeramente lenta para retornar a su nivel normal. Para rehidratarse, hay que tomar más líquidos, particularmente agua.
Si la turgencia es severa, lo cual es un indicio de deshidratación que puede ir de moderada a severa, se debe acudir al médico de inmediato.
El médico llevará a cabo un examen físico y hará preguntas acerca de la historia clínica, como las siguientes:
Entre los exámenes que se pueden realizar están:
Puede ser necesario aplicar líquidos intravenosos para una deshidratación severa. Asimismo, es posible que sea necesario tratar con medicamentos otras enfermedades que afectan la turgencia y elasticidad de la piel.
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